Mermelada de fresas

No hay mayor placer gastronómico, que comer lo que uno ha preparado con sus propias manos.   Ese es el comienzo de mi nuevo libro de mermeladas y de el sale esta mermelada de fresas

Esta frase describe a la perfección lo que siento y experimento cada vez que sale de mis manos una nueva receta, pero sobre todo cuando sale una nueva mermelada sea de una sola fruta o de la mezcla de varias frutas, todas nos gustan.   Tenéis más mermeladas en el blog, solo tenéis que ir aquí y las tendréis a vuestra a la vista rápidamente.

Ahora que las fresas han llegado ya a los mercados y llenan de color las fruterías, su intenso color rojo es una invitación y provocación a mis ojos, me resulta imposible pasar de ellas, aunque a principio de temporada, cuando llegas a casa y decides probarlas, compruebes que que aún no tiene el punto idóneo de madurez y dulzor adecuados, es entonces cuando aprovecho para hacer mermelada de fresa.

Siempre ha sido mi preferida y también lo era de mi madre, me gusta con la tostada mañanera, con mantequilla y un cafecito con leche, pero donde más me gusta es en el centro de una tarta con una buena capa de nata encima, por eso tendré que retomar la costumbre de volver ha hacer tartas, algo que deje a un lado cuando mis hijos se emanciparon. Prometo traer a estas páginas una, muy pronto.

 

 

Ingredientes:

  1. 1 kg. de fresas
  2. 900 gr. de azúcar
  3. 1 cucharadita de zumo de limón

Elaboración:

  • Lavar en agua tibia las fresas y escurrirlas, quitar los rabos y hojas y trocearlas.
  • Poner en un cazo las fresas troceadas, el azúcar y la cucharadita de limón y cocerla a fuego medio durante 30 minutos removiendo de vez en cuando.
  • Si pasados los 30 minutos observáis que todavía esta algo liquida, hacer la prueba del plato, la mermelada estará cuando al echar con una cuchara una poco en un plato, al inclinarlo, la mermelada no caerá  ni se extenderá por el plato, pero !ojo! tampoco debe quedar como una piedra, hay que encontrar el punto.
  • Llenar los botes de cristal esterilizados previamente y tapar herméticamente  poner los botes hacia abajo para que hagan el vacío.

De esta cantidad de fruta salieron dos botes.

No os de miedo hacer mermeladas en casa, se les coge enseguida el truco y tener la despensa llena de tus propias conservas es muy satisfactorio.

Recordar que hay que mantener siempre unas normas de higiene y esterilización  previa con los botes para evitar que la mermelada se estropee y pueda provocarnos algún problema, en caso de consumirla en mal estado.

En primer lugar han de lavarse con agua y jabón aclarándolos muy bien. Seguidamente se ponen en una olla cubiertos totalmente de agua y se hierven durante 20 minutos.  Sacarlos de la olla con unas pinzas para evitar quemaduras y colocarlos boca abajo para que escurran, nunca los sequéis con un paño.

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